Ingredientes:
_ 500 gr. de queso mascarpone
_ 5 huevos
_ 6 cucharadas de azúcar
_ sal
_ 300 ml. de café tibio
_ 150 ml. de licor Amaretto (o Ron)
_ bizcochos de soletilla (para el molde que usé de 35x25 cm necesité 42 bizcochos)
_ cacao amargo rallado
_ cacao en polvo
Preparación:
Separa las yemas de las claras. Con la ayuda de un batidor de varillas bate las yemas con 3 cucharadas rasas de azúcar hasta que blanqueen. Añade el queso mascarpone y mezcla con una lengua hasta que todo quede bien integrado.
Monta las claras con las 3 cucharadas de azúcar restantes y un pizca de sal para que adquieran consistencia. Incorpora poco a poco la crema de mascarpone y mezcla con movimientos envolventes y suaves para no bajar el merengue. Reserva.
En un bol vierte el café y el licor. Moja los bizcochos de soletilla por ambos lados. El café no de
be estar caliente porque si no los bizcochos, que absorben mucho liquido, quedarán demasiado blandos, incluso pueden deshacerse.
En el fondo del molde vierte un poco de crema de mascarpone y coloca los bizcochos empapados en el café. Cuando tengas la base del molde cubierta, cubre con una parte generosa de mascarpone. A continuación, espolvorea el chocolate amargo rallado por la superficie. Realiza de nuevo la misma operación: superpone otra base de soletillas mojados en café, cubre con el resto de crema de queso que nos queda y espolvorea con chocolate rallado primero y con cacao en polvo después, ayudándote de un colador o tamiz.
Reserva en el frigorífico al menos un par de horas, aunque si lo dejas de un día para otro estará más rico porque los bizcochos habrán absorbido el café y los sabores serán más intensos.
Almousse
Monta las claras con las 3 cucharadas de azúcar restantes y un pizca de sal para que adquieran consistencia. Incorpora poco a poco la crema de mascarpone y mezcla con movimientos envolventes y suaves para no bajar el merengue. Reserva.
En un bol vierte el café y el licor. Moja los bizcochos de soletilla por ambos lados. El café no de
be estar caliente porque si no los bizcochos, que absorben mucho liquido, quedarán demasiado blandos, incluso pueden deshacerse.
En el fondo del molde vierte un poco de crema de mascarpone y coloca los bizcochos empapados en el café. Cuando tengas la base del molde cubierta, cubre con una parte generosa de mascarpone. A continuación, espolvorea el chocolate amargo rallado por la superficie. Realiza de nuevo la misma operación: superpone otra base de soletillas mojados en café, cubre con el resto de crema de queso que nos queda y espolvorea con chocolate rallado primero y con cacao en polvo después, ayudándote de un colador o tamiz.
Reserva en el frigorífico al menos un par de horas, aunque si lo dejas de un día para otro estará más rico porque los bizcochos habrán absorbido el café y los sabores serán más intensos.
Almousse
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